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miércoles, 13 de junio de 2012

MAPAS DE MIJAS

MIJAS PUEBLO


LA CALA DE MIJAS



LAS LAGUNAS

HISTORIA DE MIJAS



Prehistoria y Protohistoria


Los indicios más antiguos de ocupación humana del actual término municipal de Mijas, se remontan a la Edad del Bronce, en torno al segundo milenio antes de Cristo. No obstante, otros testimonios identificados en municipios cercanos en la sierra de Mijas y sus estribaciones meridionales, como cueva Bajondillo (Torremolinos), las cuevas de los botijos y de la Zorrera o las pinturas rupestres paleolíticas de la Cueva del toro (Benalmádena), ponen de manifiesto que este ámbito territorial presentaba suficientes recursos para posibilitar una intensa ocupación durante la Prehistoria.
Es este sentido, entre el paleolítico y Edad del Cobre, los antiguos pobladores de esta área debieron de aprovechar, al igual de en zonas cercanas, las cuevas y abrigos que se encuentran situados en la franja sur de la Sierra de Mijas, en concreto las formaciones travertínicas ricas en surgencias de agua, como queda apuntado por algunos hallazgos aislados de industria lítica en sus alrededores.
A partir del 800 a.C., la llegada de los fenicios (pueblo procedente del extremo oriental del mediterráneo) a la costa de Málaga, impone un gran cambio a las comunidades locales. Los fenicios se asientan en las desembocaduras de los principales ríos del sur peninsular, convirtiendo a éstos en vías de comunicación hacia el interior y generando un floreciente comercio de recursos minerales y agrícolas. Así, en la desembocadura del río Fuengirola se encuentran testimonios de un asentamiento, probablemente relacionado con el control de la vía de comunicación de los ríos de Ojén y de las Pasadas, a través de los cuales accederían a los territorios de la actual Mijas.
En este sentido, cabe recordar al historiador romano Estrabón, que señala que “de todos los ríos y aún arroyos de esta región sin diferencia, y aún de arenales sin agua” se sacaba el oro. Y describiendo la tierra de Andalucía de Gibraltar a Málaga, dice. “Que por esta parte se levantan unas tierras pobladas de arboledas, y selvas, que sirven como de muro a las aguas, y por toda esta tierra, dice, se saca en muchas partes el oro y los demás metales”.
La llegada de estas poblaciones orientales modificó la concepción territorial de las poblaciones autóctonas. Así, en estos momentos algunos poblados indígenas adquieren gran protagonismo y por otra parte se crean asentamientos en las cercanías de los enclaves fenicios, al objeto de controlar el acceso hacia el interior. En el caso de Mijas, indicios de estos momentos lo encontramos en la vega del río de Fuengirola en el yacimiento de Finca Acebedo (Edad de Hierro II). Otro yacimiento de este periodo lo encontramos a pocos kilómetros hacia el interior del Arroyo de la Cala, en la Roza de Aguado, correspondiente a un poblado de la Edad del Hierro I, lo que hace pensar en un asentamiento fenicio en su desembocadura.

La huella de Roma


A partir del siglo II a.C. se produce la llegada de las influencias de la “romanización” que culminará en los primeros siglos de nuestra era. En relación con las necesidades comerciales y militares romanas se construirán grandes vías de comunicación que permitieran una rápida y segura vía de contacto entre las distintas y alejadas zonas del Imperio romano. Una de estas vías, recogida en el itinerario de Antonino, (recopilación de caminos del Imperio Romano que parece datar de finales del siglo III), unía Malaca (Málaga) y Gades (Cádiz), atravesando las tierras de Mijas. Esta vía, no sólo comunicaba estas dos grandes urbes romanas, sino que también servía de vínculo a otras poblaciones menores y articulaba el territorio por el que circulaba.
En el caso concreto de Mijas, los restos arqueológicos encontrados confirmaron la existencia de la ciudad romana de Suel, posible sucesora de la ciudad iberopúnica que se formó tras la llegada de los fenicios. Aún no se han encontrado las grandes construcciones de esta ciudad como templos, foro, teatro, etc., que tuvieron que situarse, según algunos autores, entre la desembocadura del río de Fuengirola y el Cortijo de la Alberquilla, en la margen derecha del río, donde se encuentran los yacimientos de la Finca de Acebedo y la villa romana de El Chaparral.
Otros autores antiguos, como Plinio, sitúan entre Suel y Marbella el lugar de Salduba. En este mismo sentido, Martín de Roa señala en 1622 “… y aparecen hoy, dos leguas adelante [de Suel], hacia Marbella, ruinas antiguas por bastante espacio de un buen lugar, donde pudo estar Salduba” ruinas que también señala en ese mismo siglo Macario Fariñas. Por su parte, Medina conde señala en 1782 que Osunilla pudo ser la ciudad ibero-romana de Auxunoba. También ciertos autores han señalado que Mijas fue la antigua Tamisa, pero esta hipótesis no está contrastada por la arqueología o la epigrafía y tiene su origen en la lectura de textos medievales en árabe donde se menciona la existencia de un castillo llamado Tamilla en la Hoya de Málaga y que autores modernos como Fariñas del Corral hacen corresponder con Mijas.
Otro autor romano, Rufo Festo Avieno en su obra Ora Marítima, basándose en citas de autores más antiguos, quizás griegos de mediados del siglo VI a.C., hizo una descripción de las costas del sur peninsular y en ellas menciona el lugum (cabo o promontorio) Barbetium, que se ha venido identificando con la punta de Calaburras.
A los lados de las vías romana surgirían villas rurales y comerciales, de las que quedan testimonios por ejemplo en el tejar romano de haza del Algarrobo o la villa de la Butibamba, junto a la mencionada villa de la Finca Acebedo. Durante esta época tuvo también gran importancia la explotación de los mármoles de la Sierra de Mijas
El poblamiento romano en Mijas queda asimismo atestiguado por los hallazgos de cerámica romana (terra sigillata) y de monedas en distintas zonas del municipio (Osunilla, Mijas o El Olivar) encuadradas desde tiempos del Octavio Augusto (siglos I a.C. – I d.C.) hasta finales del siglo IV de nuestra era.
El mundo romano se desmembra a partir de las invasiones de los pueblos centroeuropeos, que acabarían con la administración romana y causarían el declive del comercio y por ello de las villas relacionadas con él, provocando asimismo la probable decadencia de la estructura urbana de Suel, cuya población quizás se abandonase, debido a las condiciones poco seguras reinantes en las tierras llanas cercanas al mar, trasladándose hacia cotas más altas y defendibles de la actual Mijas.

Mijas HispanoMusulmana


A principios del siglo VIII (711 d.C.) una fuerza militar integrada por árabes y beréberes que dependen del califato Omeya de Damasco desembarcan en Algeciras y ocuparan casi todo el territorio peninsular. El malestar social, la crisis ideológica, la depresión económica, etc., males que afectaban al reino Visigodo, favorecieron una rápida y fácil ocupación. De esto modo, las tierras de la actual Mijas pasan a la órbita de influencia islámica.
Tras la ocupación se produce un proceso de arabización en el que la lengua y la cultura se asimilan progresivamente y un proceso de islamización que acabará con la práctica unificación religiosa de todo el territorio bajo el Islam, aunque con una cierta tolerancia hacia el resto de religiones monoteístas (judaísmo y cristianismo).
De este periodo, que abarca más de 700 años, son pocas las noticias fidedignas sobre Mijas. Sabemos que entre los siglos VIII y IX (durante los emiratos de Muhammad I, al Mundir y `Abd Allah) surgen revueltas en las áreas rurales porque la población de estas áreas no acepta la estatalización. La más importante la “fítna” (guerra civil) de finales del emirato estuvo protagonizada por `Umar b. Hafsun´ y sus hijos, quienes en torno a Bobastro capitalizarían el malestar social. Los primeros que se les unirán serán las localidades de Awta, Comares y Mixas (Mijas); progresivamente se les irán uniendo diversas poblaciones hasta llegar a controlar buena parte de la actual provincia de Málaga y otras áreas colindantes. En el siglo X, durante los inicios del emirato de ´Abd al Rahman II, la revuelta es controlada y Bobastro destruida.
Durante la etapa hispanomusulmana se debió de producir un importante crecimiento tanto económico como de población, como lo demostraría la existencia, en el momento de la conquista de estas tierras por los Reyes Católicos en 1487, de tres núcleos de población distintos (según las fuentes cristianas): Mixas (Mijas), Osuna (Osunilla) y Oznar (para algunos historiadores Hornillo), además de la fortaleza de Fuengirola; incremento poblacional que también vendría sugerido por las numerosas alquerías, atestiguadas en la actualidad por los numerosos restos de cerámica hispanomusulmana que se encuentran por todo el término municipal.
La agricultura era la base de la economía, una agricultura que se benefició de la llamada Revolución Verde, introducida en al-Andalux en tiempos de `Abd al-Rahman II (822-852), y que acabará consolidándose en el siglo X. También fue posible gracias a la extensión de los sistemas de irrigación, sobre todo en los valles montañosos, a la aclimatación de nuevas plantas y cultivos (arroz, caña dulce, berenjenas, alcachofas, melones, sandias, azafrán, algodón y numerosos árboles frutales donde destacan el moral, granados, albaricoques, melocotoneros, etc.) o a la introducción de nuevos cultivos en el secano (trigo duro o el sorgo, cereal procedente del Sur del Sahara).

Edad Moderna


A finales de mayo de 1485 los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando V de Aragón) toman la ciudad de Ronda. De forma inmediata se produce la capitulación de las poblaciones de la Serranía (Yunquera, El Burgo, Casarabonela, Monda, Tolox, Gaucín, Casares, Montejaque, Benaoján, etc.). El éxito obtenido hizo que se prosiguiese de inmediato las incursiones hacia la costa, donde cae Marbella y prosigue con la toma del castillo de Fuengirola y el arrasamiento de Benalmádena. Tras esta incursión, los ejércitos cristianos vuelven a sus puntos de partida en el valle del Guadalhorce y los reyes regresan a Córdoba. Tras esta acción, Málaga pierde por el oeste su cobertura defensiva, salvo Mijas y Osunilla que continuaron resistiendo.
En 1487 se inicia la conquista de Málaga, que cae el 18 de agosto de ese año. Conocida la noticia en Mijas, el 25 de agosto se trasladaron a Málaga varios vecinos para solicitar entregarse al rey cristiano, suponiendo que las condiciones de la rendición serían las que se ofrecían a las poblaciones de lugares que se entregaron sin resistencia, la libertad; pero la resistencia planteada por Mijas en la campaña de 1485 hizo que sus vecinos acabasen como esclavos junto a los de Málaga. Solo se permitió la libertad y la permanencia en sus propiedades de algunas familias (probablemente las que negociaron la rendición).
En 1492 se llevó a cabo el Rep0artimiento de las propiedades a los 50 nuevos colonos cristianos que se habían asentado en Mijas tras la conquista, constatándose aún la presencia de varios vecinos musulmanes. Sin embargo, a los pocos años son muchos los que dejaron las tierras concedidas, debido a la dureza de las condiciones en que se encontraban: mejores tierras en manos de caballeros, incursiones de naves de piratas que atacaban las costas de málaga desde puertos ubicados en el norte de África, etc.
La inseguridad de la costa provocaría que ésta quedara deshabitada y no se pudiese llevar a efecto la repoblación de la zona del castillo de Fuengirola, que pertenecía a Mijas. En respuesta a esta inseguridad se levantaron torres vigías a lo largo de la costa para controlar y prevenir las incursiones de los piratas norteafricanos. Los testimonios de estas construcciones de carácter defensivo son numerosos en Mijas: torres de Calahonda, Nueva de la Cala del Mora, Vieja de la Cala del Moral (actual sede del Centro de Interpretación de las Torres Vigía del Museo Histórico-Etnológico de Mijas) y la de Calaburra.
La primera noticia sobre la necesidad de estas torres en Mijas la tenemos e un documento redactado el día 16 de julio de 1496, donde se dice que “por el bien y guarda de la costa” y para “vista e defensión de la dicha costa de la mar” , el Rey y la Reina mandaron construir en la Cala del Moral una torre junto al mar, dando licencia para ello a Francisco de Alcaraz, allegado de sus altezas y alcalde de los alcázares de Córdoba, y autorizándole para construir también en dicho lugar una venta o mesón.
Uno de los primeros edificios que se levantaron por los nuevos habitantes fue la Iglesia de la Inmaculada concepción, ya mencionada en los Repartimientos de 1492, probablemente sobre la base de la antigua mezquita, que debió seguir usándose consagrada al cristianismo hasta que fue erigida la actual construcción que se terminó en 1631. Uno de sus rasgos característicos de este edificio es su torre cuadrada de origen militar y que sirvió de refugio a los habitantes del pueblo en momentos de peligro.
Durante el reinado de Carlos I de España tiene lugar la Guerra de las Comunidades, originada por el descontento de los nobles castellanos ante las desconsideraciones de que se creían objeto por parte del emperador. Mijas no participó en la contienda y permaneció fiel al Emperador y a su madre, la Reina propietaria Dª Juana la Loca. Debido a esta actitud la Soberana firmó en 1512 una Real Cédula declarando exenta de alcabala a la villa de Mijas, con otros privilegios que fueron confirmados por los monarcas de la Casa de Austria y por el primer rey Borbón, Felipe V. Juana la Loca, le otorgó asimismo el título de VILLA, que ostenta desde entonces, y su hijo Carlos V la condecoró con el título de MUY LEAL, por las razones expuestas anteriormente.
A partir de los 50 vecinos (unas 200-250 personas) de los Repartimientos, la población de Mijas tuvo un crecimiento desigual con dos etapas diferenciadas: una hasta mediados del siglo XV, donde prácticamente no existen cambios e incluso hay épocas de disminución de la misma, y otra a partir de fecha en la que se inicia un crecimiento paulatino que no se detendrá hasta mediados del siglo XX. Así, en 1585 existían unos 130 vecinos, en 1677 unos 400 y a mediados del siglo XVIII unos 770 (unos 4.000 habitantes).

Origen de la Vigilancia del Litoral


Aunque este sistema de defensa costera tiene antecedentes, al menos desde época romana, y fue usado con seguridad por los musulmanes desde y llegada a la Península, los avatares políticos motivan que desde mediados del siglo XIII las costas del Reino de Granada sean objeto de especial atención, por lo que los monarcas granadinos construyen una serie de torres almenaras que, posteriormente, y junto con torres de nueva construcción, serán incluidas en el sistema de defensa costero cristiano del siglo XVI.
Consecuencia inmediata de la expulsión de los musulmanes del antiguo Reino de Granada en 1492, es su reacción contra el territorio del que se vieron despojados. Organizan incursiones que desde Argel y otros puntos africanos tienen como objetivo entrar por las costas de Granada y Málaga, asaltando a la población ribereña, haciendo prisioneros y otras acciones con vistas a debilitar la frontera andaluza. Éste movimiento pirático en gran escala, apoyado por los turcos, obliga a los reyes españoles a organizar un sistema de defensa que garantice la inmunidad de la zona, de vital importancia para conseguir la repoblación efectiva de pueblos y villas como Rincón de la Victoria, Benalmádena, Mijas, Marbella y Estepona.
Para ello se reparan las torres almenaras que formaron parte de la defensa fronteriza costera del antiguo reino nazarí, se construyen otras nuevas, como la de Calaburra en Mijas y se destruyen algunas que pudieran servir al enemigo para sus ataques. Fruto de ésta política es una línea fortificada a lo largo del litoral desde Gibraltar hasta la linde con Murcia, de la que forman parte las torres enclavadas en el litoral mijeño. Su función defensiva consistía en dar aviso ante la presencia de barcos enemigos para que las guarniciones de Fuengirola, Benalmádena y Marbella, entre otras, acudieran al sitio por donde los berberiscos pretendieran acometer.
El problema en Mijas, al igual que en otros lugares que se repoblaron por aquellos años, se agrava por la permanencia en sus tierras de una población mudéjar que a modo de “quinta columna” apoyará todo intento de agresión de sus correligionarios africanos dándoles información sobre la zona y sus pobladores, creando con ello un estado de continua alerta y peligro. Se plantea así un problema de difícil solución que va a marcar para siempre la vida de las poblaciones cercanas al litoral, hasta el punto que aún hoy se mantiene su recuerdo en lugares concretos como Mijas y Fuengirola donde se conservan tradiciones orales que aluden al secuestro de labradores que eran llevados a los baños de Argel.
Documentos de la época avalan estas tradiciones orales y por ellos sabemos que el 16 de mayo de 1507 durante un ataque cautivaron a Francisco de Toledo, peón de la torre de la Cala del Moral y el doce de junio hicieron lo mismo con Alonso de Plasencia, peón de la misma torre y en el documento que se reproduce en este panel vemos el contrato para rescatar a un vecino de Mijas que está en poder de los moros.
Contrato para rescatar a un vecino de Mijas que está en poder de los moros.17, noviembre, 1594. Mijas. (A.H.P.M, P-4.227) Juan Bautista Lunchón, vecino de Mijas, se obliga a pagar a Alonso de Madrid, mercader vecino de Málaga, cuarenta ducados en reales castellanos de la moneda que ahora corre en Castilla, que son por razón de hacer bien y caridad para el rescate de Cristóbal Gómez, el cual al presente está en poder de moros, los cuales cuarenta ducados pagaré cuando el dicho Cristóbal esté en tierra de cristianos, con más costas que para su cobranza se hiciere.


Edad Contemporánea

Ya en el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón, iniciada en 1,808, existe una tradición oral que señala cómo un grupo de guerrilleros mijeños sorprendió a las fuerzas napoleónicas en el lugar conocido como “La Matanza”, en el partido de Entrerríos de este término municipal. Lo cierto es que en Mijas, al igual que en muchos pueblos de Málaga, se estableció una guarnición francesa que osciló entre 75 y 100 hombres, a las que habría que añadir otras que se establecieron en Calahonda y en la fortaleza de Fuengirola.
Los últimos años de la ocupación francesa en málaga fueron muy duros para la población rural, debido a las continuas luchas entre las tropas españolas y las francesas, con continuas ocupaciones y repliegues de las tropas. En agosto de 1812, los franceses requisan en Mijas un almacén de víveres que las autoridades locales reservaban a Ballesteros, general de las tropas españolas que acosaban a los franceses, imponen una fuerte multa al municipio (25,000 reales) y en represalia, dan muerte a dos vecinos. Dos días más tarde, las tropas francesas abandonaron definitivamente Mijas replegándose a Málaga, desde donde abandonarían la provincia hacia el Norte.
En 1827, Mijas padeció una grave crisis, pues según algunas fuentes (Miñane) se dice “…que la antigua población estaba arruinada por los graves censos que penaban sobre ella; que las tierras de labranza pertenecían a comunidades y mayorazgos, y que se componía de jornaleros y mendigos los dos tercios del vecindario”.
El 30 de mayo de 1841 tuvo lugar la separación de Fuengirola de Mijas como término municipal independiente.
Uno de los sucesos más dramáticos sufridos por Mijas fue la riada ocurrida el 2 de noviembre de 1884. Sobre las diez de la mañana una tromba de agua cayó sobre la sierra y provocó una avenida de agua que destruyó una importante cantidad de casas y provocó la muerte de varios vecinos y de gran número de animales. Para recordar aquel nefasto día se erigió una lápida en la calle Carril, en la que se señala el nivel que alcanzó el agua, y se levantó una fuente en la Plaza de la Constitución con las piedras que arrastro el agua de la riada, tal y como indica la inscripción de dicha fuente.
Durante el siglo XIX la actividad económica del municipio se basaba en la agricultura, la ganadería uy la industria del papel. Los molinos y batanes proliferaron, principalmente la zona occidental del municipio, aprovechando la riqueza de los acuíferos de la Sierra, que afloraban en la zona de Osunilla y sus alrededores, y en la zona de El Barrio. Muchos de esos molinos, que contaban por aquellas fechas con varios siglos de antigüedad (en los Repartimientos se mencionan un molino de aceite “de los moros” y un molino de “pan” construido por el primer alcalde de Mijas, Lope de Aponte), mantendrán su actividad hasta los años cincuenta del siglo XX
Junto a los batanes y molinos, una de las principales actividades fue el cultivo de la vid, principalmente en la zona oriental del municipio y en la zona de Las lagunas, proliferando multitud de lagares y toldos de pasas. Esta actividad económica se vio truncada por la crisis originada por una plaga de filoxera que afectó a la mayor parte de los viñedos malagueños a finales del siglo XIX, hasta acabar con todos los cultivos y afectar fuertemente a la boyante economía vitivinícola y pasera.
Hasta mediados del siglo XX la actividad económica más floreciente gira en torno a batanes y molinos, junto a la que se desarrolla una agricultura casi autárquica basada en el autoconsumo de la población agraria (cada casa rural posee su era, horno, etc.). Merece destacarse en este espacio agrario, el importante desarrollo territorial que alcanza la “arquitectura del agua”. Proliferan por doquier acequias, albercas, etc. Así, mencionaremos que en 1948 existen en el municipio más de 200 Km de acequias, 236 albercas, 168 eras, 13 norias, 65 pozos, 17 molinos y 2 batanes censados, aunque en el caso de estos- últimos en el municipio existían otros que funcionaban sin estar censados.
A finales de los años cincuenta, esta situación comenzaría a cambiar y de forma más drástica durante los sesenta y setenta, con el desarrollo de las actividades turísticas en la Costa del Sol. Numerosos pequeños propietarios rurales comienzan a vender sus tierras para ir a trabajar en el pujante sector de la construcción, que levanta numerosas urbanizaciones que harán de Mijas el principal destino del turismo residencial de la Costa del Sol y de España. La decantación hacia las actividades turísticas ocasiona el abandono definitivo de la actividad agraria y se inicia un nuevo periodo económico cuya principal actividad se concentrará en el sector de servicios.
Este cambio también afectará de forma radical a la población, que de algo más de 7,000 habitantes a inicios de los años cincuenta, pasará a unas 15,000 a inicios de los ochenta, a unos 33,000 a inicios de los noventa y a rondar los 80,000 en la actualidad.
En la actualidad Mijas constituye uno de los ejes económicos de la Costa del Sol, supone uno de los principales destinos turísticos españoles y cuenta con una amplia oferta de ocio y cultura de la que se benefician los millones de visitantes y turistas que la visitan.








PERSONAJES ILUSTRES


Manuel Cortés Quero “El Topo de Mijas”



Manuel Cortés Quero, último alcalde republicano de Mijas, permaneció oculto durante treinta años en una alacena de su casa. Puso fin a su encierro, iniciado tras la Guerra Civil, los primeros días de abril de 1969, después de oír por la radio a Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo, que el día 28 de marzo anunció la decisión de Franco de perdonar todos los delitos cometidos entre el 18 de julio de 1936 y el primero de abril de 1939. Manuel esperó a que el Boletín Oficial del Estado publicara esta decisión y una vez comprobada su veracidad se dirigió al cuartel de la Guardia Civil donde le confirmaron que estaba en libertad. Durante su encierro fue atendido por su mujer, Juliana, y por su hija María, únicas personas que conocían su situación.
 
Los siguientes fragmentos han sido recogidos del libro “Los Topos” de Jesús Torbado y Manuel Lequineche y editado por Argos-Vergara en 1,977 y con los que se pretende dar una visión general de los días, los 30 años que estuvo escondido Manuel Cortés Quero por creer en la democracia y en el socialismo.


....El alcalde de Mijas se ha unido al éxodo con su mujer Juliana, su hija de año y medio de edad, María. “La Caída de Málaga, cree Cortés, no significa el final de la República”. Después de marchar con gran dificultad durante todo el día por la sierra para buscar la carretera de Almería decide que su mujer y su hija deben regresar a Mijas. “Juliana, tú nunca has intervenido en la cosa política. No te harán daño”. El alcalde abraza a su mujer y le entrega cincuenta pesetas, besa a la niña y toma el camino de Almería...
....Dos años más tarde, Manuel Cortés ha perdido la guerra. Su división, la Cuarenta de carabineros, se ha desmovilizado en Valencia. Se despide de sus compañeros de armas y, en medio del caos que es Valencia, decide volver a su pueblo de la sierra malagueña para reunirse con su mujer y su hija. Tiene la conciencia tranquila, tan sólo es un soldado en derrota, uno de los seiscientos mil soldados que han perdido la guerra...


...Salía de noche, como las lechuzas, para expansionarme un poco, para estirar las piernas agarrotadas, mover los brazos. Mis músculos estaban entumecidos y doloridas las articulaciones. Me tumbaba en el camastro, paseaba por el cuarto con cuidado de no hacer ruido, preocupado por no toser. En realidad, el hecho de estar allí, en un lugar tan transitado, mesón y barbería al mismo tiempo, me beneficiaba. ¿Cómo se les iba a ocurrir buscarme en un sitio tan concurrido?...
...Bebía agua y muy raras veces vino. Nunca he sido muy aficionado al vino. Mi vicio era el tabaco, me fumaba todo el tabaco de racionamiento que me traían. Mis discusiones con Juliana eran continuas por aquel vicio mío. “Que van a ver el humo, Manolo, que algún día van a ver el humo...”. Era imposible que lo vieran pero Juliana estaba obsesionada con cualquier fallo en el sistema de seguridad....
...Los primeros dos años fueron los más deprimentes para mí, hasta que decidimos alquilar una casa... Con su cachimán, su escondrijo, donde pudiera romper con la soledad y vivir con Juliana y mi hija María. Así lo hicimos. Juliana alquiló a una conocida suya la casa del número cinco de la calle del Capitán Cortés que tenía una alacena que sirvió, en otro tiempo, para ocultar una imagen del Sagrado Corazón de Jesús...


...Nada más llegar pusimos manos a la obra. Había que descombrar el armario, sacar los trastos y dejarlo limpio. Ese fue mi refugio durante unos días, hasta que preparé uno nuevo. Estaba situado bajo la escalera, que taladré. Abrí un boquete que venía a parar al hueco. Sobre el orificio encajé una especie de loza de yeso que pinté de colorado. Cuando la dueña de la casa venía para sacar o meter los bidones de aceite de oliva, corría a ocultarme en la alacena. La dueña nunca sospechó que allí se hubiera hecho obra, tapiado el hueco por la mitad y perforado bajo la escalera. Elegimos para la operación las fechas de un Jueves y un Viernes Santo, porque la vecina de al lado de la que nos separaba sólo un débil tabique acudía puntualmente a las procesiones y a los oficios. Los tambores y la música de Semana Santa impedía que se escucharan los ruidos del serrucho...
...Debo reconocer que había días que me reconcomía la desesperación. Algunas veces sentía ganas de salir, en una arrancada, pasara lo que pasara. Me sentía desalentado y Juliana y María pagaban mi mal humor y mi disgusto....
....Los dientes me los sacaba yo mismo uno a uno en cuanto asomaba el dolor, con más paciencia que un santo. Duro como estaba, el diente o la muela, la quebrantaba poquito a poco, hasta que el cabo de cuatro días de removerla se aflojaba y entonces, “ras”, lo extraía de un golpe con la mano, sin necesidad de alicates o tenacillas. Me arranqué unos nueve o diez dientes por este método. “Ten cuidado, me advertía Juliana, si se te infecta criarás cosa mala”. Me colocaba delante del espejo y dale que dale, medio retorcido de dolor los echaba fuera. Las peores fueron las que, a pesar de todos los tirones no se movían de su alvéolo. Al salir, los dentistas me sacaron otras cuatro muelas, aquí en Mijas y en Ronda....


...Mi hija se casó en 1,960, pero hube de conformarme con verla salir a la Iglesia desde un boquetillo de arriba. La comitiva salió de casa y a la vuelta de la ceremonia, María pudo escurrirse como habíamos convenido y subió a mi habitación para darme un beso. Abajo el novio la buscaba, “¿dónde se habrá metido ahora esta mujer?”. María se lo confesó durante el viaje de bodas. Silvestre no se sintió molesto, “ahora me explico –dijo-, los ruidos que escuchaba de vez en cuando en el piso de arriba y tus tardanzas cuando ibas a casa para que te dejaran salir o cuando me echabais de allí al empezar un buen programa de televisión...”...
...Faltaba ya muy poco, menos de lo que yo imaginaba, para volver a la vida, para existir legalmente. El viernes 28 de Marzo de 1,969, a las 10 de la noche, estaba como de costumbre, con la oreja pegada a la radio para escuchar el parte que diera referencia de los acuerdos tomados por el Gobierno. Fue el Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, el encargado de anunciarlos. Se me formo un nudo en la garganta cuando el ministro leyó algo que por la emoción del momento no pude comprender cabalmente, algo sobre un perdón que Franco concedía para los delitos cometidos desde el 18 de Julio de 1,936 hasta el primero de Abril de 1,939. Era lo que yo esperaba desde hacía treinta años, pero me contuve y me dije:
-Manolo, puede ser una alucinación, tranquilo, no vayas a echarlo a perder ahora.
Bajé los escalones de dos en dos. Juliana cosía en el salón.
-Juliana –le dije- acabo de escuchar por la radio sobre un decreto/ley de amnistía que ha dado Franco, es necesario que pidas el Boletín Oficial del Estado al portero del Ayuntamiento....
...El 13 de Abril de 1,969, domingo, el diario “Sur” de Málaga traía en titulares la noticia: “Al prescribir las responsabilidades de la Cruzada.” “Manuel Cortés Quero ha permanecido treinta años encerrado en casa. Fue el último alcalde de la época republicana en Mijas.” “Su mujer Juliana Moreno López ha sabido guardar celosamente el secreto que tan sólo compartía con su hija María.” Y publicaban fotos mías de paseo por el pueblo. Los periodistas de todo el mundo no tardaron en llegar, como moscas a la miel, y me hartaron tanto que decidí no conceder más entrevistas.
Los mejores años de mi vida los he pasado entre paredes. ¿Mereció la pena? Nunca cedió mi fe en la democracia. La tiranía de la dictadura no puede durar eternamente...
...Cuando salió a la luz del sol, el rostro blanquecino comido por una viruela infantil, el paso inseguro, “se me ha olvidado andar”, afirmó Manuel, era el 11 de Abril de 1,969 y Mijas contaba con un habitante más, 8.822 de víspera y 8.823 al día siguiente. Quedó inscrito en el censo un “recién nacido” de 64 años y ojos azul verdoso, Manuel Cortés Quero...
...Como un turista que, por primera vez llegara desde el frío, Manuel tomada asiento en una silla del patio de su casa, se desprendía de los zapatos y se tostaba al sol, ejercicio prohibido durante treinta años. Allí se le escuchó una frase dirigida a sus correligionarios del partido socialista:
-Al menos para mí, la guerra ha terminado...


 
¿QUIÉN FUE EL PROFESOR MAX?





Nació en Brihuega (Guadalajara). Estudió medicina, fue maestro nacional, practicante, ingresó en la antigua escuela de periodismo de “El Debate” y también fue un hipnotizador y mago autodidacta muy reconocido en todo el mundo. Fue un hombre bohemio, viajero y aventurero y su gusto por las antigüedades le llevó a coleccionar objetos pequeños, según él por no disponer ni de dinero ni de casa lo suficientemente grande para albergar objetos mayores.
Viajó por todo Europa y Africa con el espectáculo “Un hombre y una maleta forman el espectáculo más grande del mundo”.
Fue en Africa donde más tiempo estuvo, quizás, casi seguro, empujado por su
Espíritu aventurero y contaba un sinfín de anécdotas entre las que destacaba siempre las estratagemas a las que tenía que recurrir para conseguir miniaturas. Una vez no le fue posible el acceso a una tribu bauluba y tuvo que montar una sesión de hipnotismo en el camino por el que tenía que pasar el jefe de la tribu, éste, que era hechicero, cuando lo vio desarrollar sus facultades de hipnotizar a unos miembros de la tribu le ofreció lo que quisiera a cambio de revelarle sus secretos. De este encuentro consiguió el profesor Max la cabeza del hombre blanco reducida, la pieza de más valor del museo. El profesor Max contaba que el cabello fue analizado por el F.B.I., que certificó que efectivamente esta cabeza era de hombre blanco, al parecer de un misionero caucasiano que anduvo por esas tierras hacía cien años; hay autores que opinan que por tratarse de una cabeza de hombre blanco reducida es única en el mundo.
En sus viajes acumuló miniaturas de todo el mundo pensando en su vejez, en montar un museo que le permitiera vivir y llegó a tener 30,000 miniaturas, valorado en cien millones de pesetas.

 


GENERAL TORRIJOS

 


El general Torrijos, aunque madrileño, está vinculado a Andalucía por sus actividades en nuestra tierra para desde ella avivar la llama de la libertad contra el despótico rey Fernando VII. Sería Andalucía y más concretamente Málaga quién le vería morir, fusilado por los que combatía.

José María de Torrijos y Uriarte nació en Madrid el 20 de marzo de 1791, de familia noble y de clara vocación militar ingresó siendo niño en el ejército, primero como paje del rey Carlos IV a los diez años, y a los trece consiguió el nombramiento de Capitán del Regimiento de Ultonia que no puede ejercer por su corta edad. Ingresa en la Academia de Alcalá de Henares donde le sorprende la guerra de la Independencia en 1808,luchando desde el primer momento y distinguiéndose notablemente durante la guerra contra los franceses. Ascendido a coronel en 1813 se casará en Badajoz con Luisa Sáenz de Viniegra, obtendrá todo tipo de condecoraciones militares y el Duque de Wellington le propondrá para brigadier, (general de brigada),graduación que alcanza a la finalización de la guerra. Durante esta contienda luchará a las órdenes de su futuro verdugo, el capitán Vicente González Moreno.
La reinstauración absolutista anulando la Constitución de 1812, le lleva a tomar partido por los liberales y a no aceptar partir para América a combatir a los independentistas. Andalucía es vital para cualquier intentona golpista pues aquí se concentran las tropas antes de partir para América donde las colonias están luchando contra los españoles, Torrijos participa en 1817 en la conspiración fallida del general Lacy para levantar al ejército en Andalucía y por ello es llevado a prisión, primero al castillo de Santa Bárbara en Alicante y después a las cárceles del Santo Oficio en Murcia.
Con la rebelión victoriosa de Riego en 1820 es excarcelado y el Trienio Liberal le nombra comisario de guerra a principios de 1823, dirigiendo la resistencia contra los ”Cien Mil Hijos de San Luís”, el ejército francés enviado por las potencias europeas para reponer a los absolutistas en el gobierno de España.
Tras ser derrotado en Cartagena, Torrijos y su mujer huyen hacia Marsella y de ahí a Inglaterra (1824),donde contactará con el resto de exiliados liberales.
En Inglaterra traba amistad con John Sterling, un conocido hacendado que le presentará a Robert Boyd, ex_oficial del ejército inglés en la India y que había combatido en la guerra de la independencia griega. Boyd, romántico en su actuar como Torrijos, se compromete a ayudarle en recuperar la libertad en España con su persona y su fortuna.
Apoyado por los llamados “Apóstoles de Cambridge”, sociedad radical de liberales españoles exiliados en Inglaterra, y comisionado por la “Junta directiva del Alzamiento en España”, llega a Gibraltar en septiembre de 1830, desembarcando en la Roca el día 9, reuniéndose con antiguos colaboradores como el ex-presidente de las Cortes, Manuel Flores Calderón, el ex_ministro de la Guerra, Francisco Fernández Golfín entre otros militares y marinos. Juntos convinieron que los informes sobre un inmediato levantamiento del ejército contra el gobierno absolutista eran exagerados, pese a ello intentan un golpe de mano sobre Algeciras el 24 de octubre, y otro más el 11 de noviembre que al fracasar también obligan a Torrijos a esconderse en barcos anclados al refugio de Gibraltar.
A finales de enero de 1831 se produjo una acción sobre La Línea que tomaron, pero este éxito inicial fracasa de nuevo ante Algeciras. Todavía en los últimos días de febrero otra intentona costaría la vida al coronel Manzanares.
Viendo imposible actuar en el Campo de Gibraltar por la extrema vigilancia realista, Torrijos acoge esperanzado las cartas secretas de un amigo “de toda confianza”, que con el apodo de Viriato le informa que el mejor lugar para desembarcar es Vélez Málaga, y que con su presencia las tropas de Málaga primero, y luego las de toda Andalucía se rebelarían contra el rey Fernando VII. En realidad se trata de un plan urdido por el antiguo compañero de armas, el ahora gobernador de Málaga Vicente González Moreno, quien parece que era “Viriato”, y que aprovechando la impaciencia de Torrijos ha planeado su captura.
El 30 de noviembre de 1831 partieron de Gibraltar en varias barcazas pero pronto vieron que habían sido engañados ya que a la altura del cabo de Calaburras, el buque Neptuno esperaba su barco, por lo que tuvieron que desembarcar en Mijas Costa (Playa del Charcón) y huir hacia el interior. Primero llegaron a Mijas donde las milicias armadas les recibieron a balazos y entonces cruzando la sierra llegaron a Alhaurín de la Torre, donde tuvieron el mismo recibimiento y perseguidos por la infantería de línea se refugiaron en la alquería del Conde de Mollina, en un caserío con una antigua torre árabe junto al viejo camino a Cártama, allí, sitiados por las tropas mandadas por González Moreno y tras parlamentar ambos generales, tuvieron que rendirse él y sus 52 hombres el 5 de diciembre, siendo apresados y conducidos a Málaga.
En Málaga, en distintos calabozos vivirán el tiempo justo que tardó González Moreno en enviar un mensajero a Madrid, el general Narváez, y de su regreso el día 10 con la orden de fusilamiento dada por el decadente y sanguinario Fernando VII, que escribió de su propio puño y letra: “Que los fusilen a todos. Yo, el Rey.”
A las once y media del 11 de diciembre de 1831 en las malagueñas playas de San Andrés, frente al barrio del Carmen, son fusilados todos los conspiradores sin excepción, incluyendo al inglés Robert Boyd y a un niño grumete del barco. También caen con ellos Flores Calderón y Fernández Golfín entre otros militares y marinos.
A Torrijos se le negó su última petición de mandar abrir fuego al pelotón de fusilamiento y el morir sin vendas en los ojos.
Sus cuerpos fueron enterrados en el cementerio de San Miguel excepto el inglés Boyd que lo fue en el cementerio inglés recién inaugurado, hasta que Ayuntamiento de Málaga construyó en 1842 por suscripción popular un monumento fúnebre que se erigió en su honor en la playa Riego, hoy plaza de la Merced frente a la casa natal del pintor Pablo Ruiz Picasso, y bajo cuyo obelisco reposan casi todos ellos. Una cruz también recuerda el lugar de su muerte, hoy paseo marítimo.
El gobernador González Moreno, que sería conocido desde entonces como “el verdugo de Málaga” recibió por su traición el ascenso a Teniente General y el mando de la Capitanía General de Granada, al estallar la guerra carlista se pasó a este bando reaccionario muriendo asesinado por unos voluntarios del ejército en 1839.
El sacrificio de Torrijos y sus compañeros no fue en vano, sería recordado constantemente en los siguientes años pues tras la muerte del rey Fernando VII en 1833, los liberales consiguieron el poder e incluso la viuda de Torrijos, Dª Luisa Carlota Sáenz de Viniegra fue honrada con el título de Condesa de Torrijos. Su muerte como la de Mariana Pineda, fueron de las últimas que se cobró el absolutismo en Andalucía.